Reconocemos que el Ecuador vive una crisis económica, social y política que nos afecta a todas las personas que vivimos en su territorio. Esta crisis afecta de manera desproporcionada a la población indígena y afrodescendiente, a las comunidades rurales, y a las personas migrantes, que son forzadas a desplazarse fuera de sus países escapando del hambre, la violencia y la falta de oportunidades. En el campo, especialmente 7 de cada diez personas no pueden atender sus necesidades básicas de alimentación, salud, y educación, y vemos con mucho dolor que cada vez más jóvenes ecuatorianos salen del país, buscando medios de subsistencia para mantener a sus familias. Las mujeres y niñas enfrentan todo tipo de violencias agudizando sus condiciones de alta vulnerabilidad. Este escenario de crisis, hace más compleja la acogida a la población venezolana, forzada a salir de su país para buscar sustento y cubrir necesidades básicas.
Como CARE invitamos a reflexionar sobre las verdaderas causas de la falta de empleo y recursos para atender las necesidades básicas de la población que habita el Ecuador. Estas causas, están en la concentración de la riqueza, el modelo de desarrollo extractivista, la explotación laboral y la falta de políticas dirigidas a lograr la justicia social. La actual crisis, las justas demandas por mejorar las condiciones de vida de la población y por un mayor reconocimiento a los derechos humanos, son la oportunidad para articular las demandas de quienes sufren mayor discrimen y empobrecimiento. La búsqueda de bienestar, salud, educación adecuada, condiciones de vida sostenibles y dignas, demanda posiciones solidarias y el reconocimiento del aporte que todas las personas -independientemente de su edad, género, pertenencia étnica, condición migratoria, condición de salud, etc.- podemos hacer para transformar al Ecuador.
Garanticemos los derechos de todas las personas que vivimos en el Ecuador.